AQUEL A QUIEN LLAMAMOS YO


Aprender la verdad del Buda es aprendernos a nosotros mismos – Eihei Dogen

Hoy, que la lluvia esta mas mojada y el frío es mas helado aun,
Me pregunto, ¿quién es aquel a quien llamamos yo?
¿Una hoja expuesta al viento y su merced?
¿Un capricho de un tiempo que no conoce amanecer?
Lagrimas que pesan y ojos que no dejan de gritar.
¿Pero que no están el viento y la hoja más allá del pensar?
La verdad no acepta trampas, dice una voz.
¿Soy el de las convicciones justas? ¿soy el que lucha por el bien?
¿Soy yo esta tormenta que llevo en el interior?
La pregunta me pone a prueba y me digo:
¿qué seria de este yo si no quisiese tener razón?

¿Quien soy yo? No lo se ¿Cómo jamás lo podría saber?
Podría responder con mi nombre,
Decir que soy un niño, hombre o mujer,
Aludir al país entre el mar y la cordillera,
Contar donde me he educado o hablar de mis errores,
¿Pero estaría dando con ello una respuesta sobre quien soy yo?
También podría decir que me encanta la amistad,
Que me gustan la paz, la comprensión y la diversidad
Que prefiero la comida vegetariana y no solo porque sea sana,
Que para nada me gusta el romanticismo y menos aun la ficción.
¿Pero diría con ello quien soy yo? ¿quién es este yo de verdad?

Doy el nombre de mis padres, menciono a mis hijos,
He estado en este o aquel país, soy de esta o aquella profesión.
¿Pero quien es este yo que creo llevar clavado en el interior?
Tal vez solo un sueño pues algún día fui un niño creo recordar.
Y hoy solo quedan cenizas de lo que ayer creo que fue un volcán.
Hago lo que me queda por intentar.
Me callo. Suelto hasta la ultima esperanza. Dejo de pensar.
El agua de un río que vuelve a su mar.
Elementos en su juego natural.
No hay ni tu ni yo en este lugar.
Silencio.

Una hoja que se entrega al viento.
Un niño que ríe.
La montaña junto al río al amanecer.
Un pétalo al florecer
La luna estrellada en el mar.
Un sonido.
Estoy vivo y comparto el vivir.
Todo relacionado en un constante ir y venir.
Mi cuerpo me dice no soy quien pienso ser,
Pues con el pensar el ser poco tiene que ver.
Solo una hoja, que no seria una hoja, si algún día no se dejase caer.

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