TOLERANCIA

El viejo maestro,
enseña la esencia.
Palabras demás.

Un vaso, siempre, siempre, puede ser visto o medio vacío o lleno hasta la mitad. El vaso medio vacío es una visión parcial, el vaso medio lleno también lo es. Los que están conscientes de este hecho y dan solo y únicamente por dar, mencionan que existen siempre por lo menos dos perspectivas de ver la realidad: el vaso puede ser visto medio vacío pero a la vez lleno hasta la mitad. Los que aman la profunda tranquilidad que otorga la verdad, no fragmentan, no separan con el fin de ganar o no perder. Por eso en el Zen decimos la forma es el vacío, el vacío es la forma como también el vacío es el vacío y la forma la forma. Es aquí donde la verdadera forma se expresa, donde los espacios acontecen. Esto es algo que todo quien informa debe estar consciente de ello. Cuando en el Zen hablamos de espacios no estamos hablando de las aventuras en el vasto universo de una nave espacial. Los espacios no son ni la utopía ni la distopía. Tampoco son los espacios a los que nos referimos zonas de ausencia de preocupación como los puede otorgar el samadhi o el bienestar material. Y de la misma manera no entendemos bajo espacios los ámbitos que otorga la tolerancia. La tolerancia no existe en el Zen. La tolerancia en el Zen está demás. Como el vaso que esta medio vacío o está medio lleno es solo un aspecto parcial.

El vaso esta medio vacío. Observamos una gran inseguridad por el hecho que las verdades a medias se demuestran ser más veloces y eficaces en un sistema que está hecho para ganar. Nos preguntamos que hemos hecho mal. Tenemos la sensación de estar en peligro de perder tantos logros que habíamos hecho a través de tanto esfuerzo. Tanta sangre fue derramada para llegar a vivir protegidos por los valores que vivimos hoy. Podemos debatir hasta donde llegan los derechos humanos, podemos vigilar su puesta en acción, podemos vivir la multiculturalidad. En general podemos decir que la sociedad hasta ahora iba yendo a mejor. Pero todo parece estar inseguro hoy. Definitivamente no sabemos que traerá el porvenir. Sensaciones, pensamientos que de por si solos nos conducen hasta la pregunta ¿Es la verdadera forma, son los verdaderos espacios algo a lo que debemos otorgarle especial protección?

El vaso está lleno hasta la mitad. Al estar más allá de la dualidad, la verdadera forma, los espacios a los que nos referimos aquí, son algo que no requieren protección. Son los espacios que acontecen cuando el vaso medio vacío es el vaso medio lleno a la vez. Son los encuentros que acontecen cuando no hay miedo a perder o ansias de ganar. Todo viene de algún sitio, interactúa con todo lo demás, cambia constantemente de forma sin principio y sin final. Al ser está la ultima realidad ¿a que se le podría tener temor, o donde podría haber inseguridad? Si el neoliberalismo conquista los espacios de encuentro que hemos logrado en la historia de la humanidad y los vende al mejor postor no hemos de olvidar que esta forma de sociedad también es solo parcial. Es el karma que llevamos y ante este karma, la postura que nos libera del sufrimiento está solo en nuestro interior. Está siempre en nuestro interior.

El vaso está medio vacío y medio lleno a la vez. La forma es el vacío, el vacío es la forma como también el vacío es el vacío y la forma la forma. O con otras palabras, aunque la tolerancia no exista desde el punto de vista absoluto, en lo relativo esta es un bien que debemos conservar y proteger porque nos ayuda a convivir. La razón se dice ser el fundamento original de la democracia no es un bien congelado que se conquista y se mantiene por la eternidad. Más bien es un proceso, un estado de la mente al cual debemos volver una y otra vez. Mencionar, no dejar de añadir, que el vaso puede ser visto tanto medio lleno como medio vacío a la vez, es el antídoto más eficaz para proteger los espacios de nuestra sociedad. Y que nadie dude de su responsabilidad. Mantenerse en lo absoluto ante las necesidades que se expresan en la realidad sería adoptar una visión parcial. Ósea que por mucho que veamos el vaso medio lleno a pesar de cualquier situación hay algo que si debe ser protegido y este algo son los espacios en los cuales todas las formas se expresan a la vez. Ahora llegamos a la pregunta ¿como otorgarle protección a algo que está en constante transformación, donde los espacios surgen y se desvanecen, donde la verdadera forma se expresa y se marchita constantemente? No encuentro otra respuesta que: Educación. ¿Y que aspecto, que forma podría tener este tipo de educación? En primer lugar el de mantener una relación sana con la memoria. El de cultivar las propias imágenes dentro de los espacios de creatividad, para seguir creciendo, para sanar, para ayudar. No dejarse llevar por verdades a medias porque hay que vender más sino que cultivar el compromiso que se tiene con la verdad. Mencionar una y otra vez que si bien desde lo absoluto la tolerancia no existe, desde lo relativo es un bien que nos permite convivir. Con otras palabras una educación se base en la autoconfianza y la integridad. Y por que siempre aparece quien enfoca la autoconfianza solo desde la perspectiva del vaso medio vacío y dice que apoyarse solo en si mismo es egoísmo puro y duro, digo que cuando comprendes lo que es la autoconfianza de verdad, comprendes que creer en ti mismo significa creer en los demás. Ósea que si dices lo contrario, intencionadamente o no estás manipulando la verdad y esto es algo que no tengo porque tolerar. Al contrario si lo tolerase aun sabiéndolo mejor, estaría negando mi responsabilidad.

Un vaso, siempre, siempre, puede ser visto medio vacío o lleno hasta la mitad. Por eso en el Zen decimos la forma es el vacío, el vacío es la forma como también el vacío es el vacío y la forma la forma. La verdad, el Dharma, no es ni fácil ni complicado, el Dharma simplemente es.

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