LA VÍA

Obstruido por la Vía, clarificas la Vía aquí mismo. Obstruido por la iluminación te vuelves completamente tu mismo – Eihei Dogen

En el Gakudo -Yojinshu el maestro Dogen habla sobre no equivocarse en cuanto a la dirección en la Via, y hace hincapié en el estar obstruido por la Vía misma y no por el espíritu de ganancia, que busca la iluminación o que busca la recompensa. En si una enseñanza clara, pero ¿porque tantos estudiantes del Zen nos equivocamos al respecto? Tal vez porque lo que es la Vía se define en cada instante de nuevo y hasta que no hallamos aceptado profundamente el hecho que todo lo que tenemos es este instante, y solo este instante, siempre sentiremos que algo falta.

Un buen ejemplo en este sentido es la situación que todo practicante conoce en cuanto al sentimiento de sentirse dividido. Por una parte porque queremos seguir la Via lo mejor posible pero por otra parte tenemos nuestros compromisos familiares o sociales. Nos sentimos divididos porque sentimos que por causa de la vida cotidiana no nos podemos concentrar en la práctica o porque por causa de la práctica no podemos corresponder de la manera que corresponde a nuestros compromisos sociales. ¿A cuantos estudiantes Zen, estas situaciones no les han llevado a casos extremos, sea de abandono, de tristeza, melancolía o incluso agresividad?

En este sentido nuestra práctica de Shikantaza es nuestro verdadero maestro, porque al repetir constantemente la vuelta al instante presente, tarde o temprano siempre llega el momento en el que dejamos de luchar, en el que soltamos nuestras opiniones personales y en el que dejamos de ver el mundo desde una perspectiva dual. Es entonces cuando comprendemos que por que lo único que existe es este instante, la vida cotidiana y nuestra práctica son uno.

¿Que es la práctica de Shikantaza? El abandono constante del rechazo y del apego. Nuestras ilusiones son infinitas y eso no lo vamos a poder cambiar, pero tampoco no se trata de cambiar nada si no que de simplemente ser. ¿Cual es el principal mérito de nuestra práctica de Shikantaza? Si hay uno, simplemente el hecho de poder entregarse a cada instante. Es entonces cuando tomamos la postura de Buda e incluso nos convertimos en Zazen. Y es entonces cuando Zazen se expresa a través de nosotros. Es así como comprendemos, que en realidad este, «yo, mío, para mi», no existen. Asi, ¿quien es quien para decir: «este Zazen es mío, este Dojo es mío, este comentario es mío» o para juzgar sobre otros, diciendo este es un Buda y este no lo es? Cuando practicamos Zazen, no es «yo» el que práctica, lo único que queda es una vasto universo y es solo este vasto universo el que práctica. A esto le llamamos volver a nuestra verdadera naturaleza – a nuestra naturaleza budica.

En nuestra práctica algunas veces se nos presentan incluso situaciones en las que tocamos fondo. Situaciones en las que solo dependemos de nuestra libertad ultima de decidir. Situaciones en las cuales no nos podemos esconder y se demuestra que es lo que verdaderamente nos hace practicar. Situaciones ademas que nos demuestran quienes queremos ser y quienes somos realmente. Es entonces cuando comprendemos que no podemos cambiar ni controlar lo que nos sucede – por que todo esta en permanente cambio y es interdependiente. Lo que si podemos hacer es aceptar esta condición de cambio permanente y entregarnos completamente a cada instante. De esta manera, aceptando la vida sin apego ni rechazo, comenzamos a conectar con quien verdaderamente somos, una persona libre en todo instante, y podemos vivir nuestra vida de manera plena apreciando todas sus expresiones como algo que no esta separado a nosotros.

Estar obstruido por la Vía significa ser uno con la Vía. Porque somos uno con la Vía no hay percepción sobre la iluminacion. El el Shobogenzo Bendowa el maestro Dogen aclara al respecto:

«Como sea, cosas así no alcanzan la percepción de alguien que se sienta porque ocurren dentro del silencio de samandhi sin fabricación y porque son la iluminación misma. Si la práctica y la iluminación estuviesen separadas, así como lo piensan las personas comunes, estas se percebirian la una a la otra. Aquello que se asocia con la percepción no puede ser la base de la iluminación, porque los sentimientos deludidos del ser humano no pueden alcanzar a realizar lo que es la iluminación».

Marcar el Enlace permanente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *