CONMEMORACIÓN


El día 11 de marzo se cumplen dos años desde que el gran terremoto de la costa del este azotara el Japón. Para recordar estos hechos, que dejaron numerosas victimas y una región abastada por el mar y la radioactividad, la escuela Soto Zen invita a todos los templos y centros de práctica a una ceremonia de conmemoración.

Esta ceremonia se llevará a cabo el dia 11. de Marzo y comenzará tocando las campanas a las 2:46PM. Los meritos de la ceremonia posterior serán dedicados a todas las victimas de esta catástrofe.

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El sufrimiento es también tema del siguiente cuento. El sufrimiento que puede observarse tanto en lo social como en lo individual y que nos recuerda así que al no existir la separación entre nosotros y todos los seres y cosas, cuando estudiamos el origen del sufrimiento del Yo estudiamos a la vez el origen del sufrimiento de todas las cosas y seres.

LA LUNA Y SU REFLEJO

Gran inseguridad. Eso fue lo que sentí la primera vez que me di cuenta que lo que caracteriza el pensamiento humano es justamente el confundir la realidad con la abstracción. Era como si sentimientos de decepción, de esperanza y temor se apropiasen a la vez de mi interior. Por una parte sentía un gran rencor conmigo y con los demás, porque tenia la sensación que todo era diferente de lo que aparentaba ser y yo era el único que no se había dado cuenta de ello porque había sido engañado por mi propio sueño del que nadie me había querido despertar. Y por otra parte había ahí también esperanza y hasta incluso incertidumbre y temor. Esperanza porque sentía que ahora estaba mas cerca de la libertad que se respira solo cuando se llaga más allá de cualquier concepto heredado por la moral. Y temor e incertidumbre porque me cuestionaba ¿cómo poder llegar a liberarse algún día del sufrimiento si justamente lo que nos destaca como seres humanos, el pensar, es inclusolo que distorsiona la realidad?

El océano no conoce ni fronteras ni tiempo. Así me imaginaba la libertad cuando comencé con la práctica del Zen. Solía imaginármela también como un instante, como un momento de no más larga duración que un pestañeo pero eterno a la vez porque podía ser tan desembriagador como un salto en las aguas frías y saladas del mar que instantáneamente nos despierta al hecho que en el mar todo lo que existe es el mar.

Otras veces me imaginé la libertad como un sitio especial. Un lugar en el cual todo lo que ocurría en el interior estaba en armonía con lo que sucedía en el exterior y donde todo era puro, porque la pureza de las palabras y de los hechos correspondían con la pureza de los pensamientos. O también como un movimiento. Un movimiento infinito y pacifico que tal y como lo hacen la inhalación y la exhalación, va en sintonía con el movimiento universal y que nos lleva así más allá del sufrimiento y la felicidad. Estas Imágenes sobre la libertad me acompañaron por mucho tiempo. Hasta que un día me comencé a cuestionar si estas imágenes eran más que el reflejo de la luna sobre el mar. Comprendí de esta manera que el reflejo de la luna sobre el mar tiene su propias particularidades y una de estas es que es imposible atrapar la luna que se refleja sobre el mar.

Es así como llegué a comprender a fondo que lo que caracteriza el pensamiento humano es justamente el confundir la realidad con la abstracción. Me di cuenta que mis imaginaciones sobre la libertad no eran otra cosa que un sueño dentro de un sueño. Un sueño que en ese mismo momento me resultaba ser como una prisión. Me sentía prisionero en mi cuerpo espíritu por la dualidad. La palabra libertad era ahora nada más que una esperanza condenada a encallar y que se estrellaba como una ola contra la roca de la realidad. Una gran roca que con toda su dureza una y otra vez me quería hacer recordar que toda esperanza en cuanto a libertad, debido a la dualidad, estaba condenada a fracasar. ¿Era la muerte la ultima esperanza?

A continuación llegó un tiempo de silencio. Un periodo de practica sin saber porque. Un tiempo en el cual incluso cuando me decía que practicaba tanto para mi como para los demás, sentía el dualismo en mi interior. Sentía la omnipresencia de aquel yo que insistía en ser protagonista al distinguir entre si mismo y los demás. Un Yo, que se creía independiente y que arrepentido de la avidez, la rabia y la ignorancia había tomado la decisión de hacer de un ser humano un buda. Y que distinguía así dualistamente entre todos los seres y cosas y budas.

Finalmente, fue el sentarse sin ningún objetivo, manteniendo solo la atención en la postura del cuerpo, la respiración y el espíritu en el aquí y ahora, lo que me enseñó el camino a seguir. Esta práctica fue lo que me enseñó que no se trataba de cómo dar un paso adelante sino que de soltar. Soltar toda esperaza, toda imagen, todo concepto. Y comprendí de esta manera que soltar cualquier formación mental, significa soltar el dualismo. Ósea que era el proceso desoltar los pensamientos, lo que me ayudó a soltar mi estagnación interior al mostrarme claramente, que si el espíritu no se posa sobre ningún objeto mental, sobre ninguna opinión, ni ninguna esperanza, la mente se encuentra libre de cualquier dualidad. Creí entonces comprender las palabras del sutra del corazón cuando dicen:

“No hay ignorancia ni extinción de la ignorancia ni vejez y muerte ni extinción de la vejez y de la muerte ni sufrimiento ni causa del sufrimiento ni liberación del sufrimiento ni vía que conduzca a la liberación del sufrimiento ni sabiduría ni obtención. Sin nada que obtener, el bodhisattva confía en la Gran Sabiduría y la mente está libre de obstáculos. Sin obstáculos no hay miedo.”

Verdades que más que nunca ahora me parecían obvias, ya que de un instante al otro todo concepto, toda noción, mirase como la mirara, estaba maravillosamente libre. Así como la pureza que ahora me parecía relativa porque no había nada más que pudiese ser impuro y hasta la muerte que había perdido su oscuridad porque ya no se encontraba ni en oposición ni a la vida ni a la luz. Y así como todas las cosas se habian liberado yo también me sentía libre. Libre a soñar con la danza de la luna y su reflejo sobre el mar.

A partir de este nuevo sentimiento de libertad me di cuenta que la libertad tiene mucho que ver también con la responsabilidad. Y es que no vivimos o practicamos para los otros o para nosotros, porque no hay separación entre nosotros y los demás. Por que no hay ni una sola fisura que separe lo demás de nosotros. Y porque no hay ni una sola fisura entre los demás y uno mismo, no existe ni una sola grieta entre nosotros y la realidad. Una realidad en la cual la libertad es un derecho incondicional y hacer uso de este derecho significa tomar responsabilidad.

Es así como llegué a la conclusión: Que solitaria seria la luna sin su reflejo sobre el mar.

Y es que el reflejo de la luna sobre el mar no es la luna, pero ¿quien dice que el reflejo lo quiere ser? El reflejo es el reflejo y la luna es la luna, se condicionan entre si, eso es verdad, pero tienen cualidades diferentes a la vez. Pues es el merito del reflejo de la luna sobre el mar, enseñarnos la luna sin jamás dejarse atrapar. Al igual que solo la luna misma tiene ese don de alcanzar con su luz hasta el ultimo rincón de nuestro interior.

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