SUFICIENCIA


Hoy es pasado,
Ayer fue El Progreso.
Puente del tiempo.

Cuanto nos alejan las Fake News, los algoritmos comerciales, los privilegios y la vigilancia del reino de la comunicación. Aquel país justo y soberano donde todos comparten lo que cada uno de nosotros puede aportar. El lugar que es el origen de la humanidad, donde no existe el temor, porque absolutamente todo contribuye en toda direccion. Donde no hay sentimientos de superioridad ni de inferioridad porque todos cooperan constantemente con los demás. Nos alejan si, pero ciertamente nos atraen también, fue tras unos instantes mi segunda conclusión. Nos atraen también puesto que nos obligan a dar un paso más allá. Nos sacan de nuestras sombras, más allá de los sueños. Mas allá de la ilusión que ofrece un país lejano. Me hacen cruzar el puente cual une el ayer con el mañana. Me obligan a fluir con plena intensidad, con frescura como un arroyo. A escuchar con los ojos, a ver con los oídos. Me obligan a enfrentarme con mi pasado y mi futuro a la vez.

Osea que no todo esta tan mal en cuanto a los privilegios, los Fake News, los algoritmos y la vijilancia. Solo nos alejan del origen si nos dejamos llevar, pero nos atraen si volvemos. A la realidad. Al aquí y ahora. Ahí donde los Fake News y los privilegios aunque no hagan mas que desinformar, engañar o antidemocraticamente deseducar, pierden su poder ante la cordura de una mente que naturalmente se apacigua porque conoce el punto de partida, porque sabe cuando es suficiente. ¿Pero cuando o cuanto es suficiente, si a mi lado hay un niño que llora, si cerca mío hay alguien que se desespera por creerse atrapado en una ilusión, o si a mi alrededor hay alguien que hace sufrir en nombre de la mejor de las intenciones?. No, esto no es algo que me pueda dejar indiferente. No me puede ser indiferente el abuso sexual, la intimidación en las escuelas o la injusticia que implica permitir que los privilegios se apoderen de la justicia. No me es indiferente que las grandes empresas como Facebook o Google no le tengan que dar a nadie cuenta de sus decisiones desbancando así derechos humanos elementales. Como tampoco me es indiferente la influencia que ejercen sobre la libre expresión las grandes instituciones. Aquellas organizaciones que imponen sus reglas y sus valores a pesar de que vivimos en democracia y las leyes tendrían que tener validez por igual para todos y todas. No, todo esto no me es indiferente. Imposible. Así que nuevamente me pregunto ¿que es la suficiencia más allá del conformismo? ¿que es la satisfacción mas allá de toda duda, más allá de toda creencia o no creencia? Me doy cuenta que para mi significa aceptar profundamente la impermanencia. Aceptar que todo cambia constantemente, en cada instante, en cada segundo. Aceptar que todo, tanto en lo interior como en lo exterior esta relacionado con lo demás en toda dirección. Que todo se compenetra mutuamente. Así, la suficiencia a mi entender es mas bien una especie de alquimia transformadora. Una manera de aceptación del verdadero rol que nos toca jugar en este mundo.

El otro dia después de una ponencia me pregunté si no es ya hora de que la religión también se adapte a la democracia. Que acepte sus reglas como el listón de medida en cuanto a la compatibilidad de la verdad absoluta con el mundo relativo en el que vivimos. ¿No sería esta una manera más creíble y confiable de devolverle a la religión su prestigio, y con este su poder sanador e unificador? Preguntas que en si no representan ni ningún tabu ni ningún misterio solo que no se practican. ¿Porque no?. Nuevamente me encuentro con los privilegios y el conformismo por lo que me pregunto sobre el papel del estado ante la religión y creo observar que debería haber un movimiento desde ambas direcciones. No es suficiente que haya solo un movimiento de la creencia hacia la democracia, debe haber también uno que lleva democracia a la religión. Por ejemplo pidiendo transparencia, exigiendo estructuras democráticas, demandado valores compatibles con la democracia y la razón. ¿No?, ¿Porque no? ¿Acaso no seria esta una via para armonizar la convivencia entre todos?. No sería esta una manera de sacar la religión de la fama de ser el opio del pueblo?. En la ponencia que escuché se sostenía que este era un punto que pertenecía a lo que se llama libertad religiosa y que por lo tanto lo debían arreglar las religiones o no-religiones entre si. Una posición que me pareció a una de esas posturas neoliberales sospechosamente conformistas que dejan la responsabilidad social del estado a merced de lo que diga el mercado: que se imponga aquel con más adeptos, el más grande, el más competitivo. Algo que una vez mas me confirmó que la suficiencia no puede ser un estado pasivo. Mas bien es un estado plena atención, de presencia o de acción transformadora.

Bajo el breve puente que une el ayer con el mañana, voces de niños se escuchan. Comparten. Juegan. Cantan. ¿Quienes son estos niños?, ¿De donde vienen? ¿A que juegan? ¿Que es lo que cantan? Preguntas y más preguntas que se las lleva el agua. No se de donde vienen. Solo se que son niños. Por eso juegan. Por eso cantan.

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