PROPIEDAD Y DINERO

Una vez un monje le preguntó a un maestro: ¿son el dinero y la propiedad algo apetecible?
El maestro respondió: “A algunos les pertenece el mundo a otros solo una parte de el”.

Lo que no nos puede pertenecer individualmente es el universo entero.
Tenemos la tendencia a creer que es mejor ser rico que pobre. ¿Pero realmente podemos saber que es mejor? Sin dinero se tienen muchos problemas pero también se puede vivir y la felicidad no depende solo del dinero. En la escuela se nos ha enseñado que tenemos que ganar mucho dinero, pero no se nos ha explicado que tener dinero no dice nada sobre nuestra felicidad. Podemos seguir jugando al perder y ganar toda nuestra vida pero lamentablemente esto no significa mas, que seguir atrapados por la condición de sufrimiento que implica la avidez. Continuamos persiguiendo de acuerdo a nuestras preferencias personales lo que deseamos y le huimos a lo que personalmente rechazamos. La avidez tiene muchas caras y una de las mas actuales es el consumismo. Consumimos todo: autos, sexo, estatus social, reconocimiento, sentimientos, personas.

¿Por qué provoca la postura de Zazen incomodidad? Porque es el ego el que se defiende y que se aferra a su condicionamiento. Mediante la postura de Zazen nos abrimos a la actividad vital de todo el universo y abandonamos las limitaciones de este ego. La actividad vital de todo el universo se expresa en la postura de Zazen en todas sus facetas: como por ejemplo por la inhalación y la exhalación o la actividad de la columna vertebral o el punto de union entre los pulgares. A partir de la postura fija sin movimiento nuestro cuerpo inhala y exhala de manera natural y deja de oponerse y se armoniza con todo lo que nos rodea. A partir de ahí se realiza el profundo despertar que no es mas que la comprensión a través del cuerpo y espíritu.

Mediante la postura inmóvil de Zazen nada puede ser ganado y tal vez justo por eso es que sea la actividad mas importante en al vida del ser humano. El maestro Dogen dice:

“La flores que adornan el cielo de mi corazón: se las ofrezco a los Budas de los tres mundos”

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