GAKUDÔ-YÔJINSHÛ

RECOPILACION DE PUNTOS A CONSIDERAR CUANDO SE PRACTICA LA VÍA

Ver la impermanencia es el punto de partida de nuestro viaje cuando buscamos el camino – Dogen Zenji

El Gakudo-Yojinshu es uno de los textos mas importantes del Zen de la escuela Soto. El texto fue redactado por el maestro Dogen en 1234 y es tal vez el primer escrito para sus discípulos como guía para la práctica en el monasterio de Koshoji, templo que fundo en 1233 cinco años después de haber regresado de China.
El Gakudo-Yojinshu fue escrito en diez capítulos independientes que fueron recopilados tal vez por el mismo maestro Dogen. En este texto el maestro Dogen resalta y discute diferentes puntos de la práctica con los cuales se debe ser cautos cuando practicamos. A través de estos, Dogen Zenji pone especial énfasis en ver la impermanencia y el despertar a la mente budica. Ver la impermanencia es el punto de partida tanto en sus enseñanzas como en las de Buda Shakyamuni. Va aquí el primer capitulo:

1. Desata el espíritu del despertar (El espíritu Bodhi)

El espíritu del despertar tiene muchos nombres pero es solo un espíritu. El maestro ancestral Nagarjuna dice: “al espíritu que reconoce la impermanencia de toda creación y de todo perecer en el mundo, se le llama también el espíritu del despertar”. Por eso creo que por ahora seria apropiado decir que el espíritu del despertar es aquel que ve la impermanencia.
Si reconoces la impermanencia verdaderamente, el espíritu egocéntrico no se manifiesta ni se crea adicción a la gloria. Sin miedo al tiempo que pasa con rapidez, practica el camino como si tuvieses que apagar una llama sobre tu cabeza. Reflexionando sobre la transitoriedad de tu cuerpo practica con tanta decisión como lo hizo Buda Shakyamuni, que no se levanto durante siete días. Aunque escuches el canto del dios de Kinnara o el aletear del pájaro de Kalavinka, deja que te sea como el llanto del viento del atardecer en tus oídos. Aunque veas bellezas como Mosho o Seishi, deja que te sean como el rocío de las mañanas sobre los ojos. Una vez te hallas liberado de las sogas de tus sentidos vas a corresponder de por ti mismo al principio del espíritu despierto, el espíritu Bodhi.

Hoy sabemos de algunos que en el pasado han escuchado algo de las enseñanzas y vemos algunos en el presente que han visto poco de los sutras. Muchos de ellos han caído en la trampa de la adición a la gloria han perdido la vida del camino de Buda para siempre. ¡Que lamentable! No pases de ello sin haberlo comprendido porque aunque leas tanto los Sutras provisorios como los verídicos y aunque seas instruido en las enseñanzas exotéricas como las esotéricas, no podrás alcanzar el espíritu del despertar mientras no sueltes la fama y la gloria.

Algunos dicen que el espíritu despierto es el espíritu verídico, el espíritu de anuttara-samyak-sambodhi, el espíritu absoluto e inalcanzable que transciende la gloria y los meritos. Otros dicen que la mente budica es ese espíritu que contempla los tres mil espacios en el espacio de un pensamiento. Y otros dicen que es el portal del Dharma en el cual ningún pensamiento surge. Y más otro dice que el espíritu despierto sea el espíritu que se sumerge en el mar del Buda.
Todos estos tipos no saben nada del espíritu del despertar y sin conciencia alguna lo ensucian. Mas que lejos están ellos del camino de Buda. Observa bien el espíritu egocéntrico que busca la fama y los intereses propios: ¿es posible realizar la naturaleza y la forma de los tres mil espacios en el espacio de un solo pensamiento? Manifiesta la mente egocéntrica el portal del Dharma en el cual no surge ningún pensamiento? No, ahí solo ahí solo se encuentra la mente deludida sedienta por alcanzar la fama y los meritos. Ahí no hay nada que pudiese ser visto como el espíritu despierto.

En el pasado han habido sabios que completaron la Vía al realizar el Dharma y otros por medio de métodos mundanos, pero ninguno de ellos desperdicio ningún pensamiento sobre meritos o gloria. No se apegaban ni al Dharma ?como podrían apegarse a valores mundanos? Como he dicho anteriormente, la mente que ve la impermanencia es un aspecto del espíritu despierto. Este no tiene nada que ver con aquello a lo yo me refiero como loco. Despertar la mente que no retiene pensamiento, la mente que realiza las formas de los tres mil espacios, son excelentes practicas después de haber desatado el espíritu del despertar. No lo confundas. Por el momento deberías practicar en tranquilidad hasta que te olvides de ti mismo. De esta manera te volverás íntimo con el espíritu del despertar.

Los sesenta y dos puntos de vista se basan todos en el ego. Cuando la visión egocéntrica llega, siéntate tranquilo, e ilumínala al considerar lo siguiente: ¿cuál es la substancia de todas las cosas que pertenecen a tu cuerpo exterior e interior? El cuerpo, con piel y pelos, es algo que haz recibido de tu madre y tu padre. Sus dos gotas blancas y rojas son desde el principio hasta el final sin substancia. Por eso tu cuerpo no es “Yo”. La mente y sus funciones, como la conciencia, los pensamientos y el saber, respaldan tu vida momento a momento mientras estas vivo. ¿Cuándo el inhalar y exhalar cesan ¿Qué es lo que le sucede a tu espíritu? Por eso la mente tampoco es “Yo”. Por eso no te apegues ni a tu cuerpo ni a tu espíritu. Quien se apega, se equivoca, quien suelta, despierta.
Aun así asumes la existencia del ego aunque no exista el ego y te apegas a tu vida aunque sea no nacida. No practicas lo que tendrías que practicar sobre el camino de Buda y no te separas de los sentimientos mundanos, de los cuales tendrías que separarte. Rechazas la verdad mientras sigues las ilusiones ¿Cómo podrías así no caer en la confusión?

Según: Heart of Zen, Practice without Gaining-mind. Publicado por Soto-shu Shumucho. Traducción al ingles de Shohaku Okumura Roshi

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