EL ZEN Y LA FÉ

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Paso a paso,
Sin cambiar de camino,
Subir y bajar.

Hay preguntas que conmueven, hay preguntas que duelen, hay preguntas que desbordan los limites de lo interior y lo exterior. Como el amor verdadero. El amor que pone a prueba al corazón cuando los ojos no ven. El amor que doblega nuestra opinión al ir más allá de las fronteras visibles de nuestro cuerpo. El amor que nos obliga a experimentar el fracaso de no poder llegar a una conclusión final. El amor que hace que la forma se disuelva hasta encontrarnos con que ya no hay nada especifico a lo que amar porque el amor se ha convertido en algo inmensurable e universal. El amor que se mantiene entre la certeza y la duda a la vez. La certeza de la unidad. La duda de si el amor es algo que dura hasta la eternidad. Dulce incertidumbre, fruto del mantenerse completamente presente aquí en este lugar. Que nos demuestra una y otra vez que la presencia es un estado de equilibrio que demanda darle la bienvenida sin apego a toda formación mental. Que expone que la concentración es un estado de balance que exige en todo instante mantener la mente abierta y a la vez con los pies firmemente sobre la tierra también. Tomando conscientemente posición en cuanto a lo que acontece a nuestro alrededor.

De esta manera cuando aparecen preguntas como “¿quién eres tu?” o “¿qué es el amor?” estas sobretodo nos dicen que hay situaciones que no tienen porque tener una explicación. Que algunas veces es suficiente con moverse en dirección hacia lo puro, hacia la verdad.¿Existe un Atman o no existe la esencia detrás de la personalidad? Hay quienes dicen que ya que el alma no tiene forma, decir que tenemos alma es lo mismo que decir que no existe un ser mas allá de los sentidos y la percepción. Una comprensión que interpreta la palabra “Atman” como el verdadero ser, como nuestra condición original en el cual todos somos parte de la unidad. En ese sentido efectivamente la palabra Atman y el concepto de “no Atman” apuntan en la misma dirección. Aunque visto desde otro punto de vista exista una diferencia abismal entre ambas conclusiones también, ya que afirmar que un Atman existe concluye en la existencia de la esencia detrás de la percepción, mientras que asentir que carecemos de Atman, significa que las cosas no son sino que ocurren, ya que detrás de la percepción esta solo el cambio continuo y nada más. Ósea que decir que “Atman” y “no Atman” sean lo mismo implica una abreviación que distorsiona la realidad. Una reducción alienatoria de lo que es la unidad y peligrosa porque que ningunea la existencia de la diversidad. Y es que la unidad no existe sin la individualidad. O con otras palabras todos somos parte de la unidad pero somos todos diferentes a la vez.

Ósea que con o sin alma, tal vez existan situaciones en las que mas importante que tener la razón o decidirse por un lado u otro sea darle el tiempo a la duda para que pueda fermentar. Para vivir íntegramente la incertidumbre que encontramos en la mente que se mantiene relajada pero en tensión a la vez, degustando este instante con toda su intensidad. La indecisión que caracteriza la mente en la que hay suficiente espacio para que todo pueda acontecer, tanto el amor al próximo, Atman, la sabiduría o la compasión. La mente en la que todo es posible, incluso el perderse en la especulación, ya que si la duda se mantiene viva y va acompañada de la postura de Zazen, tarde o temprano al volver una y otra vez a la realidad de nuestro cuerpo y mente la especulación también cederá.

Y que grata la experiencia aquella cuando la búsqueda de provecho se desvela a si misma y se desploma por su propio peso. Y es que con el desmoronamiento de la búsqueda de ganancia no solo cae aquello que nos distancia de este instante y este lugar sino que frecuentemente toda duda también. Una experiencia que en toda dirección nos indica el camino a seguir. También en lo social. Nos revela el rumbo que debemos tomar en cuanto a la prensa y el derecho a libre expresión si la prensa tiene la pretensión de ser comprometida con la verdad. Nos enseña la importancia de saber conformarse y no perderse en el consumo o en el deseo de hacer todo lo posible solo para vender mas. Nos demuestra la envergadura que tiene el no dejarse corromper por ninguna otra cosa que no sea la verdad. Llegando a este punto una vez más nos encontramos con la duda y nos preguntamos ¿qué significa no dejarse corromper? o ¿que es la verdad?, ¿es la verdad un estado fijo de la mente tal vez?, ¿es la verdad el opuesto a la ilusión?

Según Buda Shakyamuni, que este 8 de abril cumple un año mas, la realidad es todo aquello que la mente puede alcanzar. Tanto el mundo del deseo, las diferentes formas del mundo material así como también el mundo de la acción. Ósea que dentro de la mente todo tiene lugar. Tanto los pensamientos y las creencias antiguas como el pensamiento fresco y nuevo que surge con todo instante. Tanto el mundo que percibimos a través de la conciencia como el mundo que encontramos más allá de la separación entre lo observado y el observador. De esta manera nos encontramos nuevamente con que antes de aceptar prematuramente una nueva interpretación de lo que es la verdad y fomentar la actividad karmica en toda dirección preferible es concederle a la incertidumbre su tiempo para madurar. Lo que comprobamos al buscar una respuesta a la pregunta ¿que es el amor universal? y al observar que toda respuesta sea insuficiente, ya que la mente que todo abarca transciende tanto el mundo subjetivo como el objetivo también.

Nota: este blog se financia a travez de donaciones. Todo aporte es bienvenido y nos ayuda a continuar con nuestra labor. Gassho

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