EDUCACIÓN Y ZEN

El Prajnaparamita es auténticamente los mas venerables Budas, y los mas venerables Budas son auténticamente el Prajnaparamita – Buda Shakyamuni

En el enfoque que se le da a la educación, se pueden observar todos los principios, las esperanzas y las contradicciones de una sociedad. Mientras que hasta ahora casi todos los conceptos de educación veían en el niño un ser humano que requería ayuda o que debía ser conducido hacia algo para cumplir lo mejor posible con los valores de la sociedad, hoy en día la pedagogía reconoce al niño como una persona integra y enfoca su esfuerzo en posibilitarle al niño el espacio que requiere para crecer en armonía y en balance consigo y con su entorno.

¿Y que es lo que se requiere para que un niño crezca en armonía consigo y con su entorno? Tal vez solo aceptar al niño íntegramente.¿Pero que significa de acuerdo a la comprensión budista aceptar a otra persona íntegramente? Dado que la separación es solo una ilusión, en realidad aceptar al niño íntegramente significa aceptarnos a nosotros mismos íntegramente. Tal vez sea este un punto que en la educación muchas veces queda incomprensiblemente olvidado, que tiene mucha importancia para la relación entre padres e hijos y que justamente en contacto con niños puede ser comprobado facilmente ¿porqué cuantas veces al compartir con niños no nos encontramos con nuestro Karma del pasado que aun no hemos superado? Y es justamente en ese momento cuando nuestros hijos nos obligan a actuar y nos ofrecen la posibilidad de dar un paso adelante afrontando nuestras dificultades. O tambien, ¿cuantas veces nuestro hijos no hacen que choquen nuestros conceptos sobre la realidad con la realidad como verdaderamente es? Independiente de la edad los niños son como un espejo para nosotros y así también buenos maestros que nos obligan a ver la realidad cada vez de manera fresca y renovada.

Pero para volver a la pregunta ¿que significa aceptar completa e íntegramente a un niño?: Tal vez ofrecer un ejemplo desde el exterior por una parte y a la vez permitirle al niño que desarrolle la conexión con la dimensión ilimitada que se encuentra en el y en cada uno de nosotros. Porque cuando nace un niño, este no conoce las categorías como por ejemplo aquellas sobre pureza o impureza, hasta que comienza a actuar la conciencia. Y cuando comienza a actuar la conciencia el niño sigue a los padres y a su entorno y a la vez comienza a perder la conexión con su naturaleza original. ¿Cómo impedir que esta conexión se pierda? Pregunta a la cual es importante que cada uno desarrolle sus propias respuestas y a la cual en el Zen respondemos con la práctica de la atencion en cada acto de nuestra práctica y a la cual el Sutra de la gran Sabiduría da una valiosa pista. En el segundo lapso del Maka Hannya Haramita Shingyo, el Sutra continua con una cadena de negaciones que permiten un acercamiento a la comprensión de sunayata:

“Sariputra todas las existencias son sunyata. No hay nacimiento ni muerte ni pureza ni impureza ni crecimiento ni disminución. Debido a sunyata no hay forma ni sensación ni percepción ni formación mental ni conciencia; Ni ojos ni oídos ni nariz ni lengua ni cuerpo ni mente; Ni vista ni sonido ni olor ni gusto ni tacto ni objetos mentales; ni ámbitos sensoriales ni ámbito de la conciencia. No hay ignorancia ni extinción de la ignorancia ni vejez y muerte ni extinción de la vejez y de la muerte ni sufrimiento ni causa del sufrimiento ni liberación del sufrimiento ni vía que conduzca a la liberación del sufrimiento ni sabiduría ni obtención. Sin nada que obtener, el bodhisattva confía en la Gran Sabiduría.

Así, de acuerdo al Sutra de la Gran Sabiduría, Prajna existe antes de que la conciencia perciba e intente de crear conceptos sobre ella. Y esta sabiduría esta mas allá del pensamiento e implica el estado de plena atención. Así ejercitar la atención, entrenar el espíritu en mantenerse en el aquí y ahora puede llegar a ser un pilar fundamental en la educación de ambos – tanto padres como hijos.

Una vez un estudiante del Zen le preguntó a su profesor:
“Maestro ¿como debemos enseñarle a nuestros niños los valores espirituales? El maestro miro al discípulo sorprendido ante tal pregunta respondiendo: ¿acaso hay algo que le deban enseñar a sus hijos que estos no lo lleven ya dentro de si?

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