APRECIAR LA VIDA

 
Cuando el espíritu no permanece en nada, el verdadero espíritu aparece – Sutra del Diamante

Una sesshin es un tiempo intensivo de práctica en la cual cada acción es la continuación de Zazen. Durante este periodo básicamente nuestra práctica consiste en armonizarse con los demás, abandonando el egoísmo y haciendonos uno con los tres tesoros: Buda, Dharma y Sangha.

Frecuentemente, después de una sesshin, los maestros invitan a los estudiantes del Zen a  «apreciar la vida». Dependiendo de nuestra comprension sobre las enseñanzas de Buda estas palabras pueden ser interpretadas de diferente manera. Por ejemplo podemos comprender la expresión «apreciar la vida» como un sentimiento de melancolía y gratitud en cuanto al tiempo compartido junto a toda la sangha durante el retiro. Pero también se pueden interpretar estas palabras como un llamamiento compasivo hacia el desapego. Esto último tal vez porque la mejor manera de apreciar la vida signifique  derivar la atención hacia este mismo instante – el único lugar y tiempo donde acontece nuestra vida. 

De esta manera, nos podemos dar cuenta que nuestra comprension sobre las enseñanzas del Buda va aumentando a medida que seguimos practicando pero a la vez comenzamos a ver cada vez mas claro lo imposible que es expresar la verdad absoluta solo por medio de las palabras. Para superar la confusión, para superar el dualismo, es por lo tanto  importante mantenernos siempre concentrados sobre el punto esencial del budismo: el balance. Dentro del verdadero balance no existe un antes o después, un arriba o abajo, un mejor o peor, porque todo tiene su sitio y está en permanente movimiento y en constante relación con todo lo demás. Así comprendemos que nuestra actividad es individual, pero también ilimitada. Y comprendemos así ademas que la confusión proviene realmente del hecho que no hemos aceptado aun quien verdaderamente somos y que nos estamos apegando a algo que realmente no esta aquí.

La actividad principal de la práctica de Shikantaza, consiste en el dejar pasar el ir y venir de los pensamientos y en la toma de la postura corporal correcta. Este es  el camino hacia el balance cual en el Zen del maestro Dogen nunca es rígido, sino que está siempre en movimiento. Asi, para apreciar verdaderamente la vida, la práctica de Zazen es imprescindible. Esto porque lo que el verdadero balance significa solo puede ser comprendido a través de la unidad del cuerpo y el espíritu.

En el capitulo Shinjin Gakudo (el aprendizaje de la verdad con el cuerpo y el espíritu) el maestro Dogen dice:

«Porque la verdad suprema no es otra cosa que la verdad suprema, le llamamos un sueño. Soñamos este sueño, lo explicamos y el sueño se realiza y nosotros mismos nos convertimos tambien en un sueño. Si no soñasemos este sueño este no podria realizarse y si este no pudiese realizarse no podriamos aspirar a realizarlo. Si este sueño no existiese, no habrian Budas, y si los Budas no lo soñasen no podrian jamas aparecer en el mundo para hacer girar la rueda del Dharma. Esta rueda del Dharma que enseña un sueño dentro de un sueño, es dada vuelta solo por Budas junto a otros Budas. Solo si existe un sueño dentro de un sueño existe la comunidad de los Budas y ancestros, que expresan la verdad suprema».

El maestro del maestro Dogen, Tendo Nyojo, decia: «en la accion y en el permitir que las cosas ocurran, seguimos el flujo natural de la cosas, sea el sueño verdad o no» –  En cuanto al «apreciar la vida» estas palabras pueden ser intepretadas como un llamiento a incluso no perderse en los pensamientos sobre la vida y la muerte si no que vivir este instante como el unico lugar donde acontece nuestra vida.

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