JOSHU JUSHIN

Para resolver el gran problema de la vida y la muerte,
tenéis que concentraros en Zazen. Si después de tres, cinco, veinte o treinta años no podéis obtener la Vía, cortadme la cabeza y haced un orinal de mi cráneo – Joshu Jushin.

Joshu (Chaochou Ts´ung-shen) fue uno de los maestros más famosos en la historia del Zen. Dogen le llamaba „el viejo Buda“ y en varios capítulos del Shobogenzo hace referencia sobre el.

Un dia un discípulo le pregunto a Joshu:

¿Cual es la esencia del Zen?
-¿Has terminado de comer tu sopa de arroz?
-Si, maestro.
-Pues, !ve a lavar tu cuenco!

Las respuestas de Joshu siempre fueron muy cortas y siempre indicaban directamente hacia la verdad absoluta. El discípulo quería saber cual es la esencia del Zen para poder sostenerse en algo, para seguir un código de comportamiento claro, pero Jushu respondió: ve y lava tu cuenco.

¿Cual es la enseñanza de Joshu en este caso? El maestro le esta pidiendo a su discípulo que abandone el espíritu que escoge, el espíritu que toma y rechaza. Al hacer esto indica el maestro al punto esencial de nuestra práctica y que es valido para todo estudiante del Zen – da lo mismo cuantos años lleve de práctica.

¿Cuantos practicantes que ya llevan un tiempo practicando no dicen: „yo se lo que es el Zen” y comienzan a juzgar sobre lo que es correcto y lo que no? Pero en realidad decir que se sabe algo, pensarlo, es lo mismo que tomar la postura Zazen, mantenerse inmóvil en una especie de letargia mental y seguir las ilusiones, seguir la actividad karmica de nuestra vida cotidiana. Después por otra parte frecuentemente podemos escuchar decir tambien: “yo solo quiero hacer Zazen”. Pero al decir esto lamentablemente tambien nos estamos limitando a aceptar solo uno de los múltiples aspectos de Zazen. Porque tomar la postura de Zazen en nuestra practica significa estudiar el Budismo. No solo significa hacer Zazen, significa estudiar la Vía del Buda. Y estudiar la vía del Buda no significa seguir los propios pensamientos, seguir los propios sueños o alimentar los propios pensamientos, un Zazen tras otro, un sesshin tras otro – estudiar la Vía del Buda significa olvidarse de si mismo, dice el maestro Dogen en el Genjo Koan.

Pero las palabras de Joshu van incluso mas allá porque ¿que es lo que sucede cuando se abandona el espíritu que juzga y que rechaza? ¿Qué sucede cuando nos olvidamos de nosotros mismos?

El maestro Dogen responde:

„Olvidarnos de nosotros mismos es ser experimentado por los innumerables Dharmas.
El ser experimentado por los innumerables Dharmas es dejar caer nuestro propio cuerpo-y-mente, y el cuerpo-y-mente del mundo externo. Existe un estado en el que los trazos de la realización son olvidados y este manifiesta los trazos de la realización olvidada por mucho, mucho tiempo. Al principio, cuando la gente busca el Dharma, se encuentra muy alejada de los bordes del Dharma. Pero en cuanto el Dharma es transmitido auténticamente a nosotros, somos un ser humano en nuestro elemento original».

Entonces, cuando nos olvidamos de nosotros mismos, de acuerdo a la comprensión del maestro Dogen, se nos hace posible armonizarnos con todo lo que nos rodea y hacemos de manera natural lo que debemos hacer y desistimos de manera inconsciente de lo que hay que desistir de hacer. Esto en un Templo Zen se realiza por ejemplo al simplemente seguir los sonidos: suena la campanilla – despertamos; suena madera: Zazen; suena el metal: comer. Siendo así: ¿que otra mejor respuesta podría haberle dado Joshu a su discípulo?

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Una Respuesta a JOSHU JUSHIN

  1. Ane dice:

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