ENIGMAS

Ni los idiomas,
Desvelan el enigma.
Ni los colores.

Sin duda, la imaginación influye en la realidad tanto como la realidad condiciona la imaginación. Ambas se mezclan, fluyen. Algunas veces solas pero emparejadas en la danza de un baile sutil, otras veces enlazadas en una tormenta que impide entre ambas cualquier distinción. Este si que es un verdadero enigma. Y los enigmas solo se interiorizan aprendiendo a escuchar con el corazón. Aunque lo que es el corazón sea otro enigma más. De no ser, así jamás daríamos con la solución y la duda nunca se disiparía. Solo nos conduciría de un polo al otro. Desde la resignación que acaba en el nihilismo material hasta la conclusión “la verdad es la subjetividad”. Por lo que es importante tener en todo instante claro que en este baile entre la imaginación y la realidad es imposible localizar la verdad. La verdad esta cambiando constantemente tanto de forma como de expresión. Sublime, tosco, solemne, burlón, critico, fino, vulgar, son categorías que ni en los sueños alcanzarán la verdad. La única verdad que verdaderamente existe cuando la imaginación baila con la realidad es el danzar.

Estudiar el budismo significa estudiarse a si mismo. Estudiarse a si mismo significa estudiar la relación que existe entre la imaginación y la realidad. Dirigimos nuestra atención hacia el sutra del corazón, hacia sus enseñanzas sobre los cinco skandhas y observamos en nosotros mismos, en nuestro propio cuerpo y en nuestra propia mente como a través de los sentidos el mundo exterior influye sobre el mundo interior. Una observación que nos conduce hasta la profunda comprensión sobre el hecho que entre la imaginación y la realidad es imposible llegar a una conclusión final. La verdad existe solo en forma de un movimiento que está en constante transformación. Aun así, esto no quita que en este movimiento continuo existen también leyes que influyen sobre la relación que existe entre la imaginación y la realidad. Leyes que pueden ser comprendidas e interiorizadas desde la profunda quietud. Una de estas leyes es que atraemos en el mundo material aquello que anhelamos en nuestro interior. Una ley que al ser una ley nadie puede abstenerse a esta ella por lo cual vista desde afuera puede conllevar cierta autoridad. Lo que no implica tener que caer en la resignación o la pasividad. Estimular nuestro propio sistemas de creencias, nuestra imaginación, puede ser una valiosa aliada en el momento de decidir ser nosotros mismos los constructores de nuestra propia realidad. Depende de nosotros confiar en lo que creemos para que la creencia pueda materializarse y darle activamente forma a la realidad. Ósea que siempre es posible darle alivio al sufrimiento, si. Aun así esta ley vale desde el otro lado también. Cultivamos sentimientos negativos, cometemos actos nocivos, atraemos la infelicidad. Ahora, más allá de la dualidad que implica la moral ¿qué son los sentimientos negativos y que son actos nocivos? Que cada un@ encuentre sus propias respuestas dentro de esta realidad-imaginación.

No obstante, este mundo que compartimos nos esta exigiendo acción inmediata. Y al mismo tiempo desde más allá de la dualidad nos esta indicando el camino a seguir. Desde una perspectiva critica ante la injusticia y la opresión muchas veces en la historia se ha optado por el camino de la revolución. ¿Pero no será ya hora de cuestionarse si este es el camino adecuado en respecto a una realidad en la cual todo esta entrelazado con todo en toda dirección? Ósea que también en este sentido debemos evolucionar. Las revoluciones han de ocurrir en primer lugar en nuestro interior. Nadie hablaría del neoliberalismo si no llevásemos impregnados sus valores en nuestro propio interior. Por lo que hemos de proteger nuestra mente y hacerla prevalecer haciendo florecer nuestra imaginación.

Con todo lo dicho hasta ahora, implícitamente se ha estado afirmando que la práctica de la atención puede implicar un proceso de selección entre lo nocivo y lo saludable. Si, no hay mas camino que aprender a vivir con la dualidad, pero también es verdad que se puede ir más allá. Es posible llegar hasta el momento donde acontece la inmaculada unión entre lo interior y lo exterior. Un instante que contiene en si la facultad de llegar mas lejos aun. Arribando al momento en cual comenzamos a darle activamente la dirección que nosotros deseamos a nuestra realidad. Llegando hasta aquí tal vez alguien piense que estas palabras implican haber desvelado un valioso misterio. Aun así, la meta es el punto de partida también. Por esta razón, por desconcertante que parezca y a pesar de todo lo ya dicho, esta travesía no es el verdadero misterio. Los verdaderos enigmas son otros. La exclusión o la discriminación en nombre del amor. La pobreza. El hambre infantil. Las guerras. El racismo. La homofobia. El vivir como si algún día no fuésemos a morir. Estos son enigmas de verdad. Y si todas estas incógnitas no fuesen suficiente ¿cómo vivir ante estos crueles misterios con la conciencia tranquila una vida feliz?

Y ya que esta si es una pregunta grave, vamos a desvelar un enigma más: dado que atraemos en el mundo material lo que anhelamos en nuestro interior, es conveniente cuanto antes dejar de combatir lo antiguo para que lo nuevo se pueda materializar.

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