EL AMANECER

El calvo árbol,

Amanecer nublado.

Hay brotes nuevos.

Quizás ahora más que nunca sea necesario ser más claros en cuanto al equilibrio. Ahora, en momentos en los que dormimos escuchando las voces de los conflictos, los gemidos de la guerra, el lamento del autentico delirio. Ahora, en un día de un amanecer gris y nublado, en el que nuestras esperanzas en cuanto a un futuro más justo para todos definitivamente han resignado. En un momento en el que ya no se sabe quien es quien, quien vende la verdad y quien dice una mentira. Tiempos de desilusión y a la vez tiempos de desconfianza. Por otra parte quizás sea este también el momento más apropiado para recomenzar, esta vez no deseando nada. El más apropiado para perder incluso la idea sagrada olvidándola como una nube en la alborada. Quizás sea ahora la hora de experimentar la fuerza del desapego que acompaña al balance. El vigor del emanciparse del observador externo para aceptar el momento presente sin valorizarle. Sin estrecharle con nuestras limitaciones. Sin aquella severidad que caracteriza la moralidad que proviene de nuestros propios condicionamientos.

Y es que pesar de todo, todos y todas queremos regresar un buen día sin odio. Tod@s queremos encontrar en nuestros sueños mariposas de sol que nos acompañen en nuestra jornada de vuelta a casa. Así que nuevamente me pregunto como es posible vivir en una mañana callada y enlutada la vida con pasos leves y confiados. “Manteniéndose flexible” dicen unos añadiendo “aceptando que las metas sirven solo de guías y alejándose de las preocupaciones manteniéndose en un estado de permanente alerta hacia lo que acontece en el aquí y ahora”. “Implicándose pero manteniendo también la distancia”, dicen otros. Ambos bandos apuntan hacia el mantenerse con la conciencia presente en la realidad del aquí y ahora. Al ser consciente sobre la ley de causa y efecto y a la vez no caer convirtiéndose en victima de la ley del karma. Al mantenerse despiertos y abiertos frente a lo que ocurre en este mismo instante. ¿Pero que significa todo esto más allá?. ¿Qué significa en ultima instancia? ¿Qué, sino realizar uno mismo la unión del cuerpo y la mente?

Como un niño que encuentra a su madre y una madre que encuentra a su hijo,, así es según el maestro Dogen el equilibrio. Como un niño que se encuentra a si mismo al igual que como una madre que se encuentra a si misma. El equilibrio significa por lo tanto ser consciente de si mismo como a la vez olvidarse de si mismo.  Ser conscientes de que nuestra existencia esta directamente relacionada con la existencia de todo lo que nos rodea y entregarse a esta verdad volviendo con todo nuestro ser a la realidad que nos rodea. 

Una vez preguntó un monje al maestro Daizui Hoshin del distrito Eki (1):

¿Cuándo arriba el fuego eterno y destruye todo el universo, también esta (mi mente) también será destruida o no?

El maestro Dazui Hoshin respondió:

Será destruida.

El monje volvió a preguntar:

-¿Entonces deberían ser permitidas las circunstancias?

El maestro Daizui Honshi respondió:

-Si, permite que acontezcan.

Reflexionando sobre el mensaje del maestro Honshi, para quien el fuego eterno significa los limites de la propia mente, creo que su mensaje es bastante claro. Visto desde el universo, mantener el equilibrio significa aceptar la realidad de una situación aunque esta realidad no sea una realidad que nosotros mismos hemos escogido. 

(1) Shinji Shobogenzo – Caso 24, libro 1 de la colección de 301 Koan de Dogen Zenji.

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