Zen y medio ambiente

La contaminación del medio ambiente esta primero en la mente antes de llegar al agua, la tierra y el aire

El punto de partida de la búsqueda espiritual de Buda fue el descubrimiento del sufrimiento humano, la investigación de sus raíces y de su curación, no solo para si mismo, sino que para todos los seres.
El reconoció, que el nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte, que estar separado de lo que uno quiere y expuesto a los que uno odia, son los diferentes aspectos de la vida. El sentido del despertar de Buda es, finalizar el sufrimiento a través de la práctica del cuerpo y espíritu que le permite al ser humano reencontrar la unidad consigo mismo y a la vez con su medioambiente. Una Unidad mas allá de las separaciones y polaridades, provocadas por el apego al ego.
Nuestra civilización occidental, que ya se encuentra divulgada en todo el mundo es técnica. Ella esta basada en el dominio y explotación de la naturaleza. La actual crisis en la relación entre el ser humano y el medio ambiente no es solo un accidente ocasional en el proceso de evolución si no que la expresión de la postura del desequilibrio del ser humano en relación a la naturaleza. El apego a la infinidad de deseos y de bienes materiales se ha convertido en el motor para la economía de occidente y se expresa en el deterioramiento continuo de nuestro medio ambiente natural, en el derroche de recursos no renovables e innumerables formas de contaminación ambiental. El ser humano, guiado íntegramente por su lado izquierdo del cerebro, prefiere, explotar el planeta, en vez de crear una manera pacifica de convivir con la naturaleza.
El desarrollo de necesidades artificiales es un índice de dependencia al ego que esta condicionado y del cual a la vez proviene la insatisfacción, el miedo y la agresividad. La competencia individual es continuada a nivel internacional en forma de competencia económica y militar. Proveniente de esta competencia resulta el aumento de la pobreza de los mas pobres tanto en los países desarrollados como en los países del así llamado tercer mundo. Siendo así no se trata de una coincidencia sino que es el resultado de la relación del ser humano con la naturaleza en la cual este se ha propuesto ser el dueño y señor sobre el universo.
Nuestras relaciones con nuestro medioambiente son la fuente de los diferentes sentimientos negativos: rabia, agresión, miedo y se expresan entre otros también por medio de tensiones musculares. Fuera de balance, sintiéndose mal en su piel, busca el ser humano toda clase de compensaciones en la lucha por el poder, la propiedad y bienes materiales y es desde ahí de donde surge la destrucción del medio ambiente.

Sentarse delante de la pared, significa dejar de seguir lo superficial y guiar la vista hacia el interior. Significa, terminar de seguir lo que sea, significa tranquilizar el espíritu que siempre quiere obtener algo.
Cuando se practica Shikantaza, se presiona la tierra con las rodillas y al cielo con la cabeza. Por medio de la observación de los pensamientos y de los cinco sentidos, mientras que se esta concentrando permanentemente en la postura y la respiración, el espíritu no se apega a nada y se mantiene siempre libre y disponible. La influencia del acondicionamiento mental que proviene del pasado, pierde su influencia y las costumbres del pensamiento se ven reducidas. Esto significa, volver a realizar la unidad con el cosmos. Cuando la postura del cuerpo es harmónica, las tensiones corporales se diluyen y el miedo cesa. La exhalación se vuelve profunda y permite traspasar mejor el oxigeno a la sangre. El cansancio cesa y el espíritu se tranquiliza.
Durante zazen comprendemos desde el interior, que el yo no tiene substancia y que vivimos en completa interdependencia con todo el universo. El sentimiento de soledad y de separación desaparece y podemos experimentar la unidad y la solidaridad con los demás y el medio ambiente. Esta vivencia que proviene de la profundidad de nuestro cuerpo y espíritu, es la base para una verdadera Ecología.
Desde el punto de vista de la practica de zazen, el no matar no significa solamente el no matar otros seres humanos, sino que respetar la vida, todas las formas de vida. Todas las existencias están unidas. Tu y yo, el la profundidad no somos ni diferentes ni estamos separados. Cuando comprendemos esto profundamente, podemos oponernos a la agresión y al comportamiento destructivo y desarrollar una profunda simpatía con todos los seres que se convierte en una fuente de verdadera solidaridad sin la cual no es posible solventar los grandes desequilibrios, como por ejemplo entre los países pobres y los países ricos y dentro de los países entre los que tienen alcance a riquezas y los que cada día son mas pobres.
De la misma manera significa no robar, no tomar lo que a uno no le pertenece. Pero ¿que nos pertenecía cuando nacimos? El ideal del monje es vivir solo con su kesa y su cuenco de comida. Eso es todo lo que nosotros necesitamos para vivir: alimentar nuestro cuerpo y practicar zazen. Aunque no sigamos este ideal tan rigurosamente en cuanto a bienes que no son imprescindibles, es obvio que la práctica de zazen nos lleva a limitar nuestros deseos y volver a una vida más simple y natural. El respeto hacia la naturaleza y hacia el medio ambiente se presenta como una simplificación de las necesidades humanas, como una vuelta hacia el estado normal de cuerpo y el espíritu. Eso es la esencia de la práctica de zazen. Esto no significa ascetismo, en la cual uno se esfuerza en eliminar los deseos. Lo que se denomina “abandonar el ego”, es el fruto natural de la práctica de zazen. Ocurre naturalmente y inconcientemente, cuando uno se convierte en uno con la practica.
La postura dualista de nuestra cultura convierte todo en consumo y es este consumo el que provoca la crisis entre el ser humano y su medio ambiente. Esta postura consiste, en realizar todo con la mirada puesta en algún objetivo, en cara hacia un futuro logro. Incluso las cosas más simples y naturales como amor, hablar o la meditación se convierten en técnicas, en medios, para lograr otra cosa. Practicar Shikantaza, solo sentarse, significa renunciar a esta postura, significa volver. No se practica zazen para alcanzar el despertar o para alcanzar el Satori. Cuando se practica zazen sin sentido de provecho, eso mismo es Satori. Cuando se comprende esto, todo en nuestra vida se convierte en una práctica del despertar. No es más necesario buscar algo especial, algún estado de conciencia especial. No hay razón para temerle al Samsara o para buscar el Nirvana.

Cuando un monje le pregunto al maestro Joshu:
«¿Cual es la esencia del budismo?»
Joshu le respondio sin mas:
«¿Haz desayunado?»
«Si maestro-«, respondió el discípulo.
«Entonces ve y lava tu cuenco»

El Bodhisattva en el budismo Mahayana vive y practica en el mundo de los fenómenos para ayudarle a todos los seres a cesar el sufrimiento y a realizar el despertar.
Este es el sentido de la vida que nos propone la practica de Shikantaza.
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2 Respuestas a Zen y medio ambiente

  1. Que buena sorpresa!!! navegando la web, me encuentro con este blog de los/as amigos/as de chile sobre la practica que compartimos.
    Doy la bienvenida a este esfuerzo que seguramente esta hecho con dicha y sinceridad.
    Vaya el abrazo de uno que comparte el Linaje Soto (T’sao Tung).

    Augusto Al Q’adi Alcalde (Roshi)

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