INMOVILIDAD

Zazen permite aclarar directamente la fuerza del espíritu y permanecer tranquilamente en la condición original. A esto se le llama la revelación del verdadero rostro o el descubrimiento del paisaje del país natal – Keizan Jokin.

Hemos dicho que en el Zen no le damos tanta importancia a la comprensión intelectual y anteponemos la realización ¿Pero de que realización estamos hablando? ¿Que es lo que lleva al Bodhisattva a realizar la Vía del Bodhisattva de manera natural, en sintonía con todo lo que le rodea sin apelar a la conciencia discriminatoria, que clasifica y produce categorías?

En el Maka Hannya Haramita Shingyo – El sutra de la gran sabiduría – ya en la primera frase encontramos la siguiente respuesta:

Kan ji sai bo satsu.
Gyo jin han nya ha ra mi ta ji.
Sho ken go un kai ku
Do is sai ku jaku

Lo que traducido significa:

Avalokiteshvara bodhisattva a través de la práctica profunda de la Gran Sabiduría comprende que los cinco agregados son sunyata y gracias a esta comprensión libera a todos los seres del sufrimiento.

De acuerdo al Sutra entonces la realización significa la comprensión de la esencia de los cinco agregados. La pregunta que nos ponemos entonces es ¿cómo llega Avalokiteshvara a la comprensión de la esencia de los cinco agregados? La respuesta mas directa es Zazen. Y es que en los diferentes aspectos de la postura de Zazen es donde verdaderamente encontramos todas las enseñanzas del Buda. Uno de los aspectos corporales donde podemos encontrar muchas enseñanzas y que nos posibilita el estudio de los cinco agregados es la inmovilidad corporal durante Zazen.

En muchos Zendos el aspecto de la inmovilidad del cuerpo durante nuestra practica de Zazen tiene mucha importancia. En primer lugar, por el simple hecho de que cuando nos movemos o hacemos ruido interrumpimos la concentración de otros practicantes. Y en segundo porque la posibilidad de que encontremos una posición mejor o mas cómoda al movernos no es muy alta. Esto porque desde Zazen sabemos que si el pies se duerme y nos movemos, dentro de algunos momentos el dolor se trasladara al otro pies o a otra parte de nuestro cuerpo. ¿Como se podría interpretar la enseñanza que nos da nuestra practica en cuanto a la inmovilidad? Que solo al practicar la inmovilidad, sin escoger de acuerdo a nuestras preferencias, aprendemos a ver las realidad como se nos presenta en este mismo instante. En nuestro ímpetu de movernos se refleja no solamente nuestra insatisfacción en cuanto a nuestra postura sino que también la ilusión que otra postura seria mas agradable de la que tenemos. En nuestra practica cuando hablamos sobre observar la realidad, observamos el ir y venir de los sentidos, y como a partir de ahí nacen los procesos mentales. En nuestro caso en cuanto a la postura: del malestar por la postura que se tiene en este momento, surge el deseo de tomar otra postura que traiga alivio; seguido por el movimiento mismo y después de un rato nuevamente por el malestar del dolor que se ha trasladado a otra parte del cuerpo. ¿Pero que sucede si practicamos la atención y antes de que toda esta cadena de sucesos se ponga en marcha, comprobamos este deseo? ¿Que sucede si no juzgamos sobre el sentimiento, si no tocamos el dolor?

O sea por ejemplo preguntándonos ¿en que punto del pies esta localizado concretamente el dolor? Es aquí donde podemos encontrar respuestas sorprendentes: por ejemplo una puede consistir en el constatar que la cadena de sucesos mentales queda interrumpida si antes de identificarnos con el dolor ponemos la mente en el sitio correcto – en el de vigilancia sobre los sentidos que influyen sobre nuestra conciencia y que de esta manera crean una realidad propia. Otra respuesta puede ser simplemente el hecho que el sentimiento de dolor desaparece al no identificarnos con el. Y otra puede ser que siempre cuando le huimos al lo que nos incomoda nos estamos privando a nosotros mismos de practicar la senda que lleva al cese del sufrimiento.

En el Zazen Yojinki el maestro Keizan enseña sobre la realización:

«Originalmente, el espíritu no tiene dos formas, y el cuerpo demuestra tener múltiples apariencias. Solo espíritu o solo cuerpo no explican ni igualdad ni diferencia. El espíritu se va transformando en cuerpo, el cuerpo se va convirtiendo en apariencias. Cuando una ola se mueve silenciosamente, todas las olas la acompañan, en cuanto la conciencia sobre un fenómeno aparece, todos los Dharmas se manifiestan súbitamente. Cuando los cuatro elementos y los cinco agregados se unifican, aparecen instantáneamente los cuatro miembros y las cinco facultades. Además aparecen las treinta y seis substancias y las doce condiciones causales que fluyen, se transforman y que siguen una a la otra. Todas las apariencias del Dharma se unifican. Por eso el espíritu es igual al agua de un mar, pero el cuerpo se parece a las olas. Así como no hay ola fuera del agua del mar, así no hay fuera de las olas ninguna gota de agua. Así como el agua y la ola son inseparables, así la quietud y el movimiento no son diferentes. Por eso que se dice: nacimiento y vida, pasado y futuro son el verdadero hombre, los cuatros elementos y los cinco agregados, son el cuerpo imperecedero. Zazen significa sumergirse verdaderamente en el océano de la naturaleza de Buda y así manifestar el cuerpo de todos los Budas. El espíritu maravilloso, puro y claro del ser original es revelado súbitamente, y la luz radiante, irradia omnipresente. El agua del mar no conoce ningún incremento o disminución, las olas no conocen el retirarse. Todos los budas aparecen a causa del gran asunto de este mundo, permitiendo a los seres penetrar la sabiduría y la visión de los budas alcanzando la iluminación. Este método maravilloso, sin movimiento y silencioso se llama Zazen. Es el samadhi de la felicidad para uno mismo de todos los budas y se le llama también el Samadhi rey. Si alguien permanece incluso un sólo momento, en esta concentración, abre inmediatamente el espíritu; en realidad es esta la puerta principal de la vía del Buda».

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