EVOLUCIÓN Y ZEN

Las flores también,
Como la gran campana,
Promulgan la ley.

Todo lo que vuelve al agua vuelve a fluir. Todo lo que vuelve al aire acaba por volar. Todo lo que vuelve al fuego se vuelve a transformar. Todo lo que vuelve a la tierra se convierte en un espacio sobre el cual nueva vida puede brotar. Existen tantos mundos diferentes como granos de arena en la orilla del mar. Aun así aclamamos que competir pertenece a nuestra naturaleza original. Aun así afirmamos que como seres humanos somos la expresión más alta de la evolución y que eso nos hace mejor. Como si evolucionar fuese equivalente a pasar una prueba o a seleccionar.
¿De donde surge esta confusión? Imaginemos. Deliremos en conjunto desde la vulnerabilidad que tenemos en común. ¿Qué si le diésemos otro sentido a lo que es la evolución? ¿Qué sucedería si evolucionar no significase imponerse ni ser mejor que el otro? ¿Que sucedería si suponiesemos que evolucionar significase solo e únicamente adaptarnos lo mejor posible a una situación?

Un espacio nuevo se abriría. Un espacio en el cual sería posible dejar caer la presión que surge de la comparación. Dejaríamos atrás el tiempo con su confusión. Y así dejaríamos de correr detrás de tantas cosas inútiles detrás de las cuales solemos correr durante toda una vida. El mutuo respeto dejaría de ser una utopía porque este nuevo espacio daría lugar al verdadero dialogo del cual surgen el aprecio y la profunda comprensión. Así dejaríamos de ver las palabras que provienen de un contexto cultural diferente como un ataque con tras nuestras creencias y nuestra tradición. A partir de ahí, tal vez fuese posible reconocer que nuestra propia evolución incluso ni depende de nada exterior a nosotros, pues evolucionar significa volver a nuestra naturaleza original. A lo mas tardar entonces veríamos todo con absoluta claridad. Seguro que nos daríamos cuenta no solo que evolucionar implica dejar atrás la competición sino que conlleva también comprender profundamente el sinsentido de toda disputa, de toda guerra, de todo conflicto que llevamos en el exterior. Lo que aclararía nuestra manera de convivir con todo lo que nos rodea como también la relación que llevamos con nosotros mismos y nuestro interior. Quizás sería este el momento en el cual haríamos las paces incluso con la ilusión y la pasión. Pues nos daríamos cuenta que la emoción, los ideales y la utopía no sirven solo para hacer más soportable el sufrimiento. No solo nos permiten caminar. Mas bien son como la nieve sobre la montaña. La nieve al crear un contraste con el cielo azul hace que la montaña destaque aun más. Y es que evolucionar cuando es comprendido como un proceso integral significa en primer lugar aceptar. Significa admitir este instante con todas sus facetas tal y como es. En este sentido evolucionar equivale a volver al equilibrio otra vez. Un punto de partida seguro ante el sufrimiento que surge de la dualidad y que deja con cada paso que vamos dando muy claro lo que es un retroceso y lo que es un paso adelante de verdad. Que indica por ejemplo que el esfuerzo si puede ser premiado, si, pero que por eso la soberbia no tiene porque ni tampoco debe ser. Y es que despreciar lo diferente en realidad es siempre un paso atrás.

De esta manera, desde las entrañas de la competición, va naciendo una nueva visión. Un compromiso ético cual va brotando también en la sociedad y que ya nadie puede negar. La evolución comprendida como una competición, nos a llevado al borde de la destrucción pero a la vez ya estamos siendo testigos de como esta naciendo una nueva manera de convivir. Nos estamos dando cuenta que es imposible ser ganador a costa del perdedor. Un proceso que no lo confirma solo la teoría de la evolución moderna sino que también toda religión. Por cierto un ejemplo mas de un antagonismo marcado por la competición y que refleja aquella tendencia que llevamos transportando desde hace siglos dentro de nosotros y que consiste en la negación del otro. Para muchos el ateismo es solo la negación de lo divino y de la religión y por eso debe ser apartado y excluido de todo dialogo inter religioso en la sociedad. La pregunta que surge ante esta relación de aversión es ¿como alcanzar la paz social? Ósea que lo que verdaderamente que hay que apartar son las practicas de exclusión. Estas son un riesgo constante para toda sociedad dejando una vez mas muy claro que el enfoque que se le debe dar al equilibrio social tiene que ser otro. Este no puede basarse en declararse a si mismo en ser el amo de la verdad y por eso ser merecedor de ventajas. Debemos ir más allá. Debemos ver que en la realidad que compartimos, nos guste o no, ningún fenómeno existe separado del otro y que por eso mientras no exista justicia real no habrá paz en la sociedad. Tiene que haber respeto mutuo. Las practicas de conversión deben cesar. Tiene que haber confianza, debemos comprender que el compromiso ético no es por el bien de los otros solamente, no, es por el bien nuestro también. Llegando a este punto hay mas que alguien que dirá que estas enseñanzas carecen de la fuerza necesaria para llevar a cabo cambios de verdad. Frente a un comentario así, podríamos agregar nuevamente: evolucionar para el ser humano significa dejar la competencia atrás. Significa volver a la naturaleza original que intrínsicamente esta buscando constantemente crecer. Pero no crecer como frecuentemente lo entendemos en función de una comparación sino que crecer en el sentido de apreciar la vida por lo que es. Volviendo al entorno natural. Volviendo a donde todo fluye, vuela, se transforma y vuelve a brotar. Donde toda forma de creencia o no creencia recobra toda su fuerza y su credibilidad. Abandonando el rechazo, aceptado todo por lo que es: un reflejo único de la vida y del compartir.

Pensar lo impensable tiene sus meritos también. Imaginar, delirar, no son solo un derecho, hay tiempos en los cuales son una necesidad. ¿Qué sucedería si evolucionar no significase imponerse ni ser mejor? Hay algunos que dicen que sería aburrido y que por eso se les acabaría la felicidad. ¿Pero que si al otro lado descubriesen que la aventura no hace mas que comenzar?

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