DECISIONES

En el silencio,

La piedra se expresa.

Antes como hoy.

Algunas veces es tanta la confusión, es tanto el ruido que percibo desde afuera que me pregunto si no somos todos un poco como aquel personaje de la mitología griega que fue condenado por los dioses a cumplir por toda la eternidad con su castigo. Miremos a donde miremos, sea en cuanto al cambio climático, sea en cuanto a la la historia, sea en cuanto a la educación o sea en cuanto a la democracia tanto discutimos y a pesar de tanta controversia tomamos una y otra vez las mismas decisiones que la comparación con Sísifo, el rey y fundador de Éfira me parece muy acertada. Sísifo fue sentenciado debido a una capital desobediencia por los dioses a empujar eternamente una y otra vez una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada y cada vez justo antes haber alcanzado la cima de la colina la piedra rodaba hacia abajo para que tuviese que comenzar de nuevo. 

Aun así, como sigo creyendo que más allá de las comparaciones dentro de esta red de interdependencia nosotros en el fondo somos seres emancipados, me pregunto ¿dónde es que nos perdemos, donde es que fallamos con nuestras decisiones?. O con otras palabras: en cuanto al cambio climático  ¿Por que a pesar de que la naturaleza nos este dando a diario clares señales de alarma sobre su estado aun no hemos comprendido que el avance tecnológico no es una señal de progreso si acontece a costas de la naturaleza?. En la educación ¿por que no hemos comprendido aun que cualquier forma de manipulación implica opresión y que solo a travez de la extinción de cualquier técnica de opresión se puede llegar a una comunicación verdadera?. En la democracia ¿por que no hemos comprendido aun que el fin no justifica los métodos por lo que no se puede hacer compromisos con la verdad al igual que no se puede ser tolerante con el intolerante ? Y en la historia ¿por que no hemos comprendido aun que incluso la esperanza puede ser una proyección que se mueve solo en la superficie y por eso es propensa para distanciarnos de donde acontece nuestra vida verdaderamente?.

Miro hacia adentro. Dirijo la atención hacia el interior y me doy cuenta que no siempre soy consciente de mis deseos y de mis juicios pues detras de toda palabra hay por lo menos uno de ellos. Comienzo a comprender que muchas veces incluso mis propios deseos y juicios se los atribuyo a otros y es que el mundo de las palabras vive de las proyecciones. Que  muchas veces no veo, que lo que veo en los otros en realidad se refiere a mí mismo. Silencio. ¿No vivimos siempre como embriagados por nuestros propios conceptos?. Silencio. ¿Es posible entonces vivir respetando los derechos esenciales también del otro sin acudir a trampas o sin sacar lo dicho de contexto? Silencio. La corriente del pensamiento discursivo va perdiendo su fuerza, comienza a tranquilizarse. Silencio. No hay un destino final, pues la vida siempre ha sido y será continuidad. Silencio. Me sumerjo en este eterno movimiento. Es como un espejo que muestra todo en su proceso vital del momento. Hace ver lo que se está moviendo, tanto en la superficie como también en lo profundo. Silencio.

Las respuestas se hacen esperar, urgen las decisiones. Me recuerdo que hay un dicho popular que dice que cualquier decisión es mejor que ninguna. A este impulso algunos le llaman intuición.  Y me pregunto que diría Sísifo al respecto de quien se dice que aun viejo y ciego seguía con su castigo, pero temo que no recibiría respuesta alguna. Y no creo que fuese por temor a un nuevo castigo por haber desvelado otra vez alguna verdad divina pues se comenta que dentro de su lucha hacia las alturas llevaba el corazón contento, sino simplemente porque a travez de los conceptos no se puede expresar verdad alguna. Lo que me obliga a mí mismo a posicionarme: no, no creo en los dichos populares. Y no por que sean populares sino por que siempre que una verdad es sacada de su respectivo contexto, no es una verdad sino que nada más que una mentira. Al igual que todo concepto. Así, porque aun sigo sin decidirme, cierro los ojos y se lo pregunto al viento: „¿De dónde surge la decisión correcta?“ Y este me replica: „Abre los ojos: Del silencio. Pero aguarda, pues esta significa también generosidad, disciplina, energia, concentración y esfuerzo“.   

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