4° ENCUENTRO ZEN

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Es verdad, visto desde la simplicidad hay muchos caminos porque todo es un camino. Desde lo sencillo hay tantas vías como seres humanos. Se puede decir incluso que en realidad no hay nada que pueda ser llamado el despertar ya que en realidad no existe ni una sola persona que se halle sumida en la ilusión. En realidad nadie debe convertirse en algo que aun no es. Aun así no lo vemos. Aun así las palabras de otros nos confunden. Aun así no sabemos convivir en paz. ¿Por qué será?

Quizás solo porque queremos convertirnos en algo que no somos ahora en este mismo instante. Quizás solo porque separamos entre este y un momento posiblemente mejor. Esto es lo que se revela cuando sentados nos dedicamos a solo contemplar nuestra propia naturaleza original. Cuando permanecemos conscientes del ir y venir más allá de cualquier separación. Aquí es donde encontramos las respuestas y en ningún otro sitio más. Aquí es donde podemos perder completamente la noción del yo hasta que volvemos a encontrarnos con el. ¿Como no podría una experiencia así darle un vuelco a nuestra visión? Si, la injusticia existe, es real. Es tan real y existente como la ignorancia, la rabia y la codicia. Pero la injusticia no se cura con mas injusticia. Solo se cura a fondo si encontramos la vía en nuestro interior. En mi propia vida. Esta el la vía. La vía de la sabiduría, de la conducta ética, la vía del entrenamiento de la mente. Un camino que se realiza cuando despertamos a nuestro Karma y nos hacemos uno con la corriente de causa y condición haciendo más allá del apego y el rechazo de instante a instante simplemente lo que tenemos que hacer.

Querid@s lector@s, en los próximos días acontecerá en Santiago el IV encuentro Latinoamericano de Zen. Esta es una oportunidad muy valiosa para conocer más de cerca esta Vía y obtener una impresión sobre su variedad. Así como existen diferentes tipos de Budismo, como el Theravada, el Zen o el Budismo Tibetano, hay también diferentes escuelas de Zen donde a la vez cada linaje tiene su propia metodología para acercarse a aquello que llamamos la realidad. La meditación, las ceremonias, las charlas, los koan no son otra cosa que diferentes expresiones de esta diversidad.

En lo que a mi mismo me concierne, la persona que regularmente aquí escribe, esta vez no podré estar con Ustedes en el encuentro. La circunstancias personales no me lo permiten. Como muchos de Ustedes ya saben he llegado al extranjero por las condiciones karmicas de nuestro país: las circunstancias sociales, el golpe de estado, el exilio y con este ultimo las responsabilidades que he ido adoptando y que hoy me tienen aquí en Europa desde donde escribo esta líneas hoy. Una situación contra la que podría comenzar a luchar pero que también me da la posibilidad de continuar la práctica así como lo propone la Vía del Zen: conservando el balance, armonizándome de instante a instante con mi entorno yendo más allá de la discriminación. De esta manera, no se cuando ni como exactamente el volver a mi país natal llegará a convertirse nuevamente en un fiel reflejo de la realidad, pero ante todo tengo la posibilidad de experimentar este mismo instante con una mente que en nada se posa y de esta manera vivir en sintonía con la corriente de causa y condición. Muchas veces en nuestra confusión pensamos que nuestra Vía consiste en alcanzar el despertar. Por eso una vez más ¿quién es aquel que vive en la ilusión? Podríamos decir que aquel que vive sumergido en lo material, aquel que vive inconciente de su verdadero ser, ¿pero quien es ese verdadero ser? Todas esta son preguntas que se aclaran solo desde más allá de la mente de la discriminación.

Sin más, a los que participan a las actividades del 4° encuentro latinoamericano de Zen en Santiago, les deseo que todos se beneficien lo máximo posible de este maravilloso encuentro. Espero verlos pronto de nuevo en un próximo Zazenkai. A los que no participarán seguimos en contacto por esta vía. Una vía que nos une a pesar de cualquier muro, sea de distancia, de tiempo o de cualquier otro material.

Solo me queda dejarles con los siguientes versos del maestro Chia-shan:

En realidad, no hay nada que pueda ser llamado el despertar,
El despertar sólo vuelve más ignorante a la gente.
Extiendo las piernas y me dispongo a dormir;
no hay en ello acierto ni error.
Ésta, ciertamente, es la esencia de la Vía.

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