
En el bosque,
Hay intensa neblina.
Paso a paso.
Caminando por el fantástico sendero de la memoria entro en un sendero inmerso en la neblina. Un bosque de pasados recuerdos y sueños venideros, un bosque en el que entre más lejos están las cosas, más se acercan. Me pregunto ¿A dónde llevará este camino? Y es como si me preguntase ¿A dónde lleva el invierno?. A veces puede ser triste el goce de seguir caminando, sin colores, sin risas, sin melodías. Pero más triste aun es seguir caminando solo para complacer las expectativas de otros, sin descubrir uno mismo lo incluso ellos algún día también buscaron. No, en realidad los viejos nunca se callan. Los antiguos viejos son el bosque, son los árboles, son la neblina, son el sendero.
¿Cuándo dejaremos de vendernos a nosotros mismos?, me pregunto. ¿Cuándo dejaremos de intentar de cumplir a toda costa con las expectativas que hemos permitido que se pongan en nuestro personaje? Hay que ser buena onda, tener buena energía, hay que ser amoroso, hay que cumplir con las expectativas.. de esta manera ¿no es así que lo que llamamos autoconfianza siempre depende de lo que piensen otros? ¿Y si esto es así, si la autoconfianza depende completamente de lo que digan otros, no es justamente esto lo que nos hace manipulables? Es como si el valor una persona dependiese de la demanda, quien cumple con las expectativas encuentra reconocimiento y compañía y quien al contrario no la cumple con las exigencias sufre rechazo, aislamiento, soledad y cesantía. Así es como la soledad se convierte en un castigo, un castigo al que todos estamos latentemente expuestos si consideramos que toda propaganda sugiere que hay que cumplir con las expectativas atacando de esta manera de forma directa no solo la visión crítica sino que también la libertad innata de todo individuo. ¿A quién le extraña así que nos perdamos tan fácilmente en fantasías?
Sigo caminando entre la bruma pero ahora con más alerta a todo lo que ocurre. Sin seguir un mapa en concreto, sin guía, sin recetas, sin recurrir al reconocimiento externo, sin comparaciones. Cuando no hay nada que esperar, todo paso es un paso nuevo y todo momento un momento fresco. Una constante improvisación en la que nada puede ser previsto y me doy cuenta que permitir que se compare a la mente humana con una máquina de estadísticas para obtener la respuesta más plausible significa conceder que la manipulación se imponga. La manipulación que desde pequeños nos ha estado inculcando que hemos de cumplir con las expectativas y que nos reduce así a la imagen de un niño inseguro, desubicado e aislado cuando no cumplimos con ellas. Llegando aquí me pregunto si la discriminación no es más que un residuo del colonialismo y al darme cuenta que nuevamente estoy buscando errores y culpables, observo dentro de mí mismo.. No, es la propia mente la que constantemente la que esta discriminando, la que sin parar esta dirigida hacia afuera sin ser consciente de dónde vienen los propios sentimientos, emociones, gustos, percepciones y pensamientos.
Caminando por este sendero de la memoria llego a un punto claro. Entre los pasados recuerdos y sueños venideros encuentro un calvero. No, no nos confundamos, solo quien no corrige un error, comete un error. Solo quien se queda en suelo tras caer y no se levanta nunca aprende a caminar así que en realidad los errores son una fuente de sabiduría. ¿Qué significa quedarse en el piso? ¿Qué significa levantarse? ¿Significa levantarse seguir caminado? ¿Hacia dónde dirigirse cuando todo lo que nos rodea es un profundo bosque en el que abunda la neblina? No lo se seguro. Lo que si intuyo es que ahí donde no hay nada que pueda ser previsto, donde no hay nada que esperar, donde no hay comparaciones, donde todo lo que se puede esperar es solo la incerteza los sentimientos de superioridad o inferioridad no pueden asentarse, lo interior y lo exterior se convierten en uno y con ello el respirar se convierte en un acto consciente. Un acto que nos sintoniza con lo que nos rodea. No, en realidad los viejos nunca callan. Los antiguos en realidad son el bosque mismo, son los árboles, son la neblina, son el sendero.