¿DE QUÉ SIRVE?

Todos los budas,

Esculpidos en piedra.

Un mismo rostro.

¿De qué sirve querer pronunciar los más profundos versos? ¿De qué sirve pretender que lluevan flores del cielo exclamando por ejemplo “las nubes que cubren la montaña, son las que hacen grande su cuerpo”? ¿De qué sirve? ¿Cuál es el sentido de querer emplear las más bellas palabras, qué razón tiene, si antes no vivenciamos por nosotros mismos aquello que es real y verdadero?  ¿Qué sentido tiene querer entonar las mejores canciones, querer tocar los ritmos más originales, imponerse al dictado de la norma? ¿Qué sentido tiene, si antes no hemos experimentado por nosotros mismos lo que es verídico?

Sí, así es. El primer paso consiste en experimentar por uno mismo y recién después viene lo de la comprensión verdadera. Y es que en el mundo de las categorías y conceptos siempre habitará la guerra, siempre habrá conflicto.  Porque siempre habrá una discriminación por sublime que sea basada en algún recuerdo, en una letra, en una palabra, en un símbolo abstracto y por esta razón todas nuestras conclusiones seguirán perteneciendo al ámbito del pasado. ¿De qué sirve entonces aferrarse a las palabras? ¿Qué sentido tiene entonces seguir al pie de la letra los sutras y las enseñanzas de los antepasados si antes no hemos encontrado nuestra propia verdad estableciendo la conexión con nosotros mismos? Me detengo en este punto, pues quizás sea esta la verdadera enfermedad de la que padece nuestra sociedad de hoy en día. En función de un objetivo concreto querer intentar adueñarse de la verdad para imponer de esta forma la nuestra, inconscientes de lo que llevamos dentro. Con otras palabras quizás no sea tan apropiado como creemos querer mejorar el mundo sin haber comprobado a fondo lo que llevamos con nosotros en lo interno. Siendo así, te invito a que demos juntos un paso más allá y te desvelare un valioso secreto que comparten todos los ancestros de nuestra tradición preguntándote: ¿Aun crees que te he revelado algo nuevo? O con otras palabras ¿De qué te sirve creerme? ¿De qué te sirve si no lo has vivido tú mismo? Lo haré corto: No. Mientras no lo hayas experimentado tu mismo, nada nuevo jamás habrá sido revelado. No importa en absoluto si tengo o no la razón, pues no se trata de mí. Eres tú mismo quien debe experimentar la verdad, quien debe saborearla, quien debe vivirla para saber distinguir cuando llegue el momento, para saber escoger con sabiduría entre la verdad y la mentira. De no ser así nada de lo que he dicho jamás tendría ningún sentido. De lo contrario la enfermedad jamás sería diferente a la medicina. 

El primer paso consiste entonces en dejar de establecer diferencias. En dejar de separar entre el karma personal y el karma colectivo. De esta manera se establece una conexión sorprendente que da flexibilidad y espacio y que nos da a entender también que lo que vivimos en este instante afecta no solo el presente sino que también al futuro y al pasado. Llegando aquí tal vez comprenderás ahora porque no se trata de ser de izquierda o de derecha sino que solo y únicamente de tener criterio y de comportarse de manera libre. Nuevamente te pregunto entonces ¿Quieres conocer el rostro de buda que es el rostro de todos los budas? Entonces deja de construir constantemente diferencias. Diferencias como entre lo sagrado y lo profano, entre el bien y el mal, entre la responsabilidad personal y la responsabilidad colectiva. Ahora ¿debes creerme? No. En realidad no importa lo que yo diga pues eres tu quien debe saberlo. Eres tu quien debe aprender a silenciar las ficciones creadas por la mente para establecer una conexión equilibrada con tu entorno. 

¿De que sirve querer proclamar la más alta de todas las verdades diciendo por ejemplo “el rio sin origen no tiene ni fin ni comienzo” si buscamos afuera algo que en realidad llevamos dentro? ¿Qué sentido tiene emplear selectas palabras y escribir bellos versos si lo que decimos sigue impregnado de de dualismos que en realidad solo hacen más confusos los espejismos? ¿Qué sentido tiene entonces querer desatar lo autentico, hacer que tiemble el silencio y conseguir que se estremezca la tierra? ¿Qué sentido tiene, si antes no hemos experimentado por nosotros mismos lo que es esencial y verdadero?

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