UNGO DOYO

Jamás ha estado atado a nombres ni a formas.
¿Quién podría referirse a eso
como “trascendente” o como “relativo”? – Keizan Jokin

Ungo Doyo (Yün-chü Tao-ying), era discípulo de Tozan. Cierto día el maestro le preguntó:

-¿Cuál es tu nombre?
– Ungo Doyo.
– Dilo desde mas allá – inquirió entonces el patriarca.
– Si lo digo desde más allá – puntualizó Ungo, no podría decir que soy Ungo Doyo.
– Has respondido lo mismo que yo respondí – señalo entonces Tozan – cuando Yün-yen me formuló la misma pregunta.

Ungo solo practicaba Zazen sin preocuparse de nada mas. Se le consideraba el mas destacado de los discípulos de Tozan. El fue el que continuó el linaje. Un dia un monje le preguntó:

– ¿Qué debe querer alguien que practica Zazen?
– Aquello que nuestra conciencia no puede alcanzar, respondió
.

Después de Ungo el Zen vivió un periodo de aparente extinción, de recogimiento en si mismo, que corresponde a una época de proscripción del budismo en China, al final de la dinastía T´ang. Tras cinco generaciones de maestros de los que sabemos muy poco, el Zen toma nuevo impuso y vuelve a irradiar con el Maestro Fuyo Dokai.

Comentarios de Keizan Zenji:

Cuando Ungo Dojo entró en la habitación de Tozan, el maestro le preguntó: “Como te llamas”. Obviamente Tozan ya sabia su nombre, pero los encuentros entre maestro y discípulo no se basan en las circunstancias pasadas; por esto que le puso esta pregunta. Aunque se lo hubieran preguntado innumerables veces y de todas las formas posibles, su respuesta siempre habría sido la misma: Ungo Dojo. Tozan no negó esta capacidad pero quería saber si Ungo tenia o no la capacidad de ir mas allá de las barreras y de travesar las limitaciones, por esto por lo cual prosiguió: “Dilo desde mas allá”. El maestro, que ya había trascendido los seis sentidos y las siete conciencias, y que era como un perro de paja que hubiera olvidado su rostro, dijo: “Si lo digo desde más allá, no podré decir que soy Tao-ying”. Es extraordinariamente difícil alcanzar este dominio pero, cuando un estudiante no ha llegado a él, carece del poder para actuar y se ve confundido por las falsas visiones. Debido a que Ungo Dojo custodiaba ese reino cuidadosamente, ambos pudieron sostener este diálogo sobre la persona que carece de naturaleza budica. Por consiguiente, no hubo violación alguna de la enseñanza de Tozan. Cuando lleguéis a ser plenamente conscientes del despertar, seréis verdaderos monjes merecedores del kesa que han resuelto por completo lo único realmente importante.

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